Primer hombre
Le dijeron
tienes el don del vuelo
Y él eligió sus manos.
Con ellas lavó la piedra bruta
Y trenzó la pesada rueda de sus días.
Le indicaron
este es el camino que no quiebra.
Y él supo de otros posibles.
Aquellos donde se perdió en la dulzura.
Aquellos donde encontró lo imborrable de la memoria.
Formularon
tendrás la visión de lo posible, la felicidad de todos
los sitios.
Y él entonces la vio.
Se quedó
con ojos únicos para nombrarla
con el paso seguro de recorrerla.
Probaron
cediéndole los años inmortales de la sal.
Él les observó de sus instantes.
Y explicó:
con mis pies desando
con mis manos destejo
con mi cuerpo muero.
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